Sin duda, lo primero que destaca es su diseño, ya que por primera vez, el gigante asiático apuesta por una estética que combina una pulsera y un smartwatch. Llega con una pantalla rectangular más grande que la de la Mi Band 7, curvada en los laterales y fabricada con un cuerpo de aluminio, lo que le da un aspecto realmente premium. Su panel AMOLED es de 1,64″ con resolución de 280 x 456 px y cuenta con la función «Always On Display», que permite ahorrar batería.
Como buena pulsera deportiva, la Xiaomi Mi Band 7 Pro es compatible con hasta 117 modos de deporte y está equipada con un conjunto de sensores que permiten monitorizar el pulso, la calidad del sueño y el nivel de oxígeno en sangre. Una de sus principales diferencias con el modelo anterior es la integración de GPS, GLONASS, Galileo, Beidou y QZSS, lo que asegura una buena precisión para localizar nuestra posición exacta.